lunes, 4 de junio de 2012

Enfermedad de Chagas: Signos y Síntomas

Generalmente pasa desapercibida porque no muestra síntomas o exhibe sólo signos y síntomas leves que no son exclusivos de la enfermedad de Chagas. Los síntomas que nota el paciente pueden incluir fiebre, fatiga, dolor en cuerpo, dolor de cabeza, sarpullido, pérdida de apetito, diarrea y vómito. Los signos detectados en el examen físico pueden incluir agrandamiento leve del hígado o el bazo, inflamación de los ganglios e inflamación local (un chagoma), en el lugar donde el parásito entró en el cuerpo. El marcador más reconocido de la enfermedad de Chagas aguda se conoce como signo de Romaña (hinchazón de párpados). Aún si los síntomas aparecen durante la fase aguda, por lo general desaparecen por sí solos, en unas cuantas semanas o meses. Aunque los síntomas desaparecen, la infección persiste si no se le trata. La fase aguda también puede ser grave en las personas con sistemas inmunitarios debilitados.


Enfermedad de Chagas adquirida.
Período agudo
  • Generalmente es asintomático, y más frecuente en personas jóvenes. 
  • Se evidencia una alta cantidad de parásitos en la sangre, con síntomas y signos transitorios.

Período latente o intermedio
  • Generalmente asintomática con serología positiva (examen positivo).
  • Aproximadamente 70% de los pacientes se encuentran en esta etapa.
  • Duración de 10-30 años tras la fase aguda

Período crónico
  • Compromiso cardíaco
  •  Megalopatías, crecimiento de órganos (cardiomegalia, megaesófago, megacolon)
  •  El compromiso de otros órganos tales como estómago, duodeno, vejiga, uréteres y otros, es infrecuente.


Enfermedad de chagas congénita:

  • Esta presentación es producto de la transmisión del parásito durante el embarazo ya sea en etapa aguda o crónica de la enfermedad (transmisión vertical).
  • La madre se puede encontrar en cualquier etapa de la infección al momento de embarazarse.
  • En las etapas crónicas indeterminadas y determinadas se producen parasitemias (sangre con parásitos) oscilantes, existiendo por lo tanto riesgo de transmisión. 
  • En Chile, la frecuencia de transmisión del T. cruzi de madre a hijo se estima que varía entre 2,1% a 9,8%
  • Puede existir infección congénita en embarazos sucesivos, como así también en gemelos, incluso se ha descrito infección congénita de segunda y tercera generación.
  • En general, la mayoría de los recién nacidos (RN) infectados nacen asintomáticos (70% a 80%).
  • El RN puede ser prematuro o de término, pequeño para la edad gestacional (PEG) y presentar complicaciones como megalopatías.

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